¿Cómo puedo ayudar a que mi hijo/a haga un uso responsable de las redes sociales?

Las redes sociales, al igual que la escritura, el telegrama, o el propio internet, nacieron para comunicarnos, para ponernos en contacto unos con otros, para relacionarnos, para estar más cerca.

Según el «Estudio Anual de Redes Sociales 2019» elaborado por IAB Spain, el 85% de los internautas en nuestro país de 16 a 65 años utiliza las redes sociales, siendo WhatsApp la más utilizada. Sin embargo, está siendo alarmante el uso que dan los adolescentes (sobre todo las chicas) a otra aplicación, Instagram.

Instagram es una App gratuita, que está causando sensación debido a su formato atractivo, sencillo y visual, donde los usuarios comparten fotos a todas horas, desde cualquier lugar.

Catalogada como la peor de las redes sociales para la salud juvenil por la Royal Society of Public Health y la Universidad de Cambridge, empuja a muchos jóvenes a volcarse en una vida digital paralela e idealizada.

La mayoría de los niños/as y adolescentes hacen un correcto uso de ésta y de otras redes sociales, pero no podemos negar que acarrean una serie de riesgos.

¿Qué peligros tiene Instagram?

  • Sobreexposición: En ocasiones, a través de las redes sociales los adolescentes comparten datos personales incluso íntimos, con el gran riesgo que puede conllevar.
  • Visión distorsionada del mundo: En esta y en otras comunidades similares, hay una tendencia a mostrar únicamente el lado bueno de la vida, donde no existen los problemas y donde siempre debemos ser felices… y eso en muchas ocasiones supone un conflicto para los adolescentes, que sienten una presión social a mostrar siempre su mejor sonrisa.
  • Problemas de autoestima: Es la adolescencia una etapa vulnerable de por sí, en la cual los chicos/as están en construcción de su identidad. Que una foto no reciba suficientes “me gusta” puede causar un gran daño.

Añadidos a estos están los peligros propios de internet: acceso inadecuado a contenido (violencia, sexualidad…), ciberbuying (acoso entre iguales a través de las redes) o, en casos más extremos, grooming (adultos que se hacen pasar por menores para chantajear a niños) o sexting (difusión de imágenes sexuales).

Un uso excesivo también puede llevar a desarrollar una adicción.

Pero tampoco debemos ser demasiado alarmistas, ya que parece que estos peligros están más relacionados con un uso inadecuado de estas aplicaciones que de su propia naturaleza.

Es decir, tenemos un gran reto como padres… ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a hacer un uso responsable de las redes sociales?

Os damos una serie de recomendaciones para conseguirlo:

  • Saber en qué redes sociales tiene perfil nuestro hijo/a: normalmente, las redes sociales tienen una edad mínima de acceso, no obstante, no es complicado para ellos saltarse esta norma, de hecho, muchos de ellos tienen varias cuentas de la misma red social (una a la que tienen acceso los padres y otra a la que no); es importante tener todo esto en cuenta para saber en realidad que uso está llevando a cabo.
  • Informar a nuestros hijos de los peligros de las redes: no de una manera alarmista, si no divulgativa, favoreciendo en ellos una actitud crítica y que sean capaces así de identificar por ellos mismos cualquier peligro.
  • Transmitir la importancia de la privacidad: manteniendo los perfiles de las redes sociales privados y no aceptando solicitudes de desconocidos. También debemos transmitirles la importancia de no revelar datos personales por la red, así como del tipo de fotos que son adecuadas subir.
  • Controlar y limitar el uso: tenemos que establecer junto con nuestros hijos tanto la cantidad de tiempo de acceso a los dispositivos como la franja horaria para poder evitar así, una posible adicción.
  • Ponernos al día con las novedades referidas al mundo tecnológico: al conocer, por ejemplo, las aplicaciones de moda, hablamos su mismo idioma y favorecemos una comunicación más fluida y un clima de
  • Intentar supervisar el uso que está haciendo nuestro hijo/a de sus redes sociales: En casos en los que tenemos la sensación de que nuestro hijo/a está             accediendo a contenido inadecuado o que se encuentre en riesgo,             podemos instalar en sus dispositivos un control parental.
  • Fomentar las relaciones cara a cara: en las que nuestro/a hijo/a quede con sus amigos y compartan alguna actividad, disfrutando de la compañía, más allá de las fotos o de los likes.
  • Y, sobre todo, lo más importante, es conocer a nuestro/a hijo/a: Interésate por sus gustos, amigos, estudios, actividades que disfruta… muestra una actitud cercana y disponible para que, si tu hijo/a tiene algún problema (relacionado con el mundo de las redes sociales o no) tenga la confianza de contártelo y tú así poder ayudarle. Es decir, favorecer una comunicación familiar sincera donde todos os sintáis libres de expresar vuestras emociones.

Los riesgos de las redes sociales, cómo hemos visto, son numerosos, pero como padres, podemos acompañarles en este mundo nuevo y desconocido.

Tenemos una gran labor por delante y es la ayudar a nuestros hijos a descubrir el mundo, a que aprendan a disfrutar de las pequeñas cosas, a que se atrevan a conocer al otro a través de una conversación cara a cara, a que sepan valorar un abrazo o una simple caricia por encima de un “me gusta” y a que disfruten del momento, en vez de compartirlo.

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